* MI RE-EVOLUCIÓN *
¿Estás list@?
Prepárate un cafetito o un té o algo para beber, porque te voy contar tranquilamente y a mi ritmo, lo que fue mi 2021.
¿Me acompañas?
El 2020 comenzó como un año más. Pero pronto me confirmaría que hacer planes a largo plazo sirve de poco, porque después llega la vida y te lo revoluciona todo.
El 2021 no iba a ser menos. Dio comienzo con el BREXIT, FILOMENA y continuó de la mano de nuestro amigo COVID formando parte aún, de nuestro día a día.
La vida tenía reservada para mí una pequeña «sorpresita» adicional.
Diría que fue a finales de febrero. La empresa en la que trabajo nos informó que se había iniciado un ERE organizacional. Lo llamaron «Transformation».
Me pilló totalmente desprevenida porque vivía acomodada y confiada en mi trabajo «estable», quizás por llevar 22 años en la compañía y 16 haciendo un trabajo que realmente me encantaba.
Al recibir la noticia sentí como si la tierra que tenía bajo mis pies, comenzara a temblar. Fue como un gran Tsunami emocional.
Elegí no preocuparme, sino ocuparme cuando fuera el momento. No lo conseguí del todo, para que negarlo. Había mucha crispación en el ambiente. Poco a poco se fueron sabiendo más cosas.
A mediados de Mayo, solicitamos tener una reunión para intentar saber más detalles. Todavía no se sabían nombres, pero habían datos concretos que podían dar pistas.
La primera información que nos dieron coincidía exactamente conmigo. Había sido una de las agraciadas.
Levanté mi mano como si tuviera un resorte automático y dije: ¡Soy Yo!
Me quedé bloqueada, tenía una mezcla de emociones tan grande…
Vi a algunas compañeras emocionarse y lloré. Al rato, respiré, recuperé la calma, compartí un rato con mis compis y volví a casa.
Al llegar, lloré y lloré. Estuve 2 días llorando y hablando con las personas en quienes más confío. Me escucharon, me dieron espacio y me aportaron sabias y constructivas palabras.
Yo esos días, me veía viviendo bajo un puente, literal.
Había entrado en modo pánico.
Ahí me di cuenta de un patrón de comportamiento positivo que he utilizado a menudo, cuando tengo mucho miedo. Mi cerebro proyecta imágenes muy dramáticas en mi cabeza para ponerme en la peor de las situaciones. Me doy el permiso para ello y lo suelto todo llorando. Después de desahogarme, me quedo relajada y de pronto siento que desde la calma puedo elegir cambiar el chip.
Algo que me pasa cuando hago esto es que se dispara mi creatividad. De ahí saco fuerzas y recursos que me ayudan a hacerme preguntas y a ver que hay de real en lo que me estoy contando. Así veo que posibilidades no estaba contemplando todavía.
Con lo que decidí que con dos días de llantos bastaba. Que ya tenía suficiente desahogo y que al día siguiente iba a volver a mi, a mi serenidad activa para encontrar soluciones. (Tengo mis pequeños rituales para ello).
Y aunque mis emociones durante las siguientes semanas eran tipo «Montaña Rusa», fui entendiendo y aceptando que mi actitud vital y optimista tenia que volver y que eso sólo dependía de mí.
Cuando asumí mi responsabilidad, comencé a ver muchas alternativas, más de las que creía tener. Me lo cuestioné todo. Pero la pregunta que más me dio foco para saber hacia donde quería ir, fue:
¿Qué es lo que más te gustaba hacer cuando eras pequeña, Marta?
Me quedé pensando un buen rato, recordando cosas que hacía y con las que disfrutaba mucho de peque. Me di cuenta que desde siempre lo que más me ha gustado siempre era hablar con las personas, escuchar sus historias, sus vivencias, sus aprendizajes, su forma de ver y gestionar lo vivido. También, se me ha dado bien ver las habilidades de los demás, sus puntos fuertes, sus capacidades naturales, etc.
No sabía dónde iba a estudiar ni cuando, pero sí tenía claro que lo iba a hacer. No era una intención, era una decisión.
Escuché a mi intuición más que nunca y me hice muchas preguntas más. Sólo así podía ver de forma realista mi proyecto.
La verdad, es que en ese momento no disponía de la economía para llevar a cabo todo lo que tenía en mente, pero decidí creer y crear un plan.
El cómo, ya lo vería sobre la marcha, le di más importancia a poner el foco en lo que SÍ. Y como no podía ser de otra manera, unas semanas más tarde, mi vida iba a dar otro giro inesperado.
Recibí una llamada: “Hola Marta. No se como decirte esto. NO estás dentro del ERE, hubo una confusión…” –
Elegí pensar que la vida me estaba dando tiempo.
El universo juguetón había decidido darme la ocasión y el espacio, para poderme formar e ir avanzando de forma más ordenada y tranquila hacia mis nuevas metas.
En ese instante me di cuenta, que algo en mi había cambiado y que no había vuelta atrás. Como si la vida hubiera dado el pistoletazo de salida hacia una nueva etapa vital.
Era el momento de avanzar hacia mí, para después compartir mi experiencia.
De pronto y de forma inesperada, me llegaron los recursos necesarios para comenzar a materializar los primeros pasitos de mi plan de acción.
- Terapia para sanar las heridas de mi niña interior. (3 meses) Esther López Urbano IG: @estherlopezurbano
- Máster de Liderazgo personal y Coaching Teleológico. (De 9 meses a 2 años). Institut Gomà (Herminia Gomà) IG: @herminiagomaquintanilla @institutgoma_formacion
En ambos casos, me hicieron una entrevista previa. Eso me gustó. No elegían al «tuntún», se interesaban por conocer que tipo de persona quería acceder a lo que ellas aportaban, para estar seguras de que lo iba a aprovechar.
Las dos experiencias eran complementarias para tener un mayor autoconocimiento y adquirir herramientas para tirar de los hilos de nuestros barullos internos.
De pronto, cuando estaba comenzando a agendar todas las nuevas actividades en mi rutina diaria, me di cuenta de que el horario del Máster no era compatible con mi horario laboral. ¡En serio! ¿Cómo no me había fijado? Me entraron los 7 males. Tanto estrés había afectado a mi atención.
No podía hacer el Máster… (Modo Drama On)
Pero como era algo tan importante para mi, quise explorar alternativas, Necesitaba encontrar una solución. Al fin y al cabo mi especialidad es encontrar soluciones. Cuando hay un reto suelo ver posibilidades. Hay que observar bien y cambiar de perspectiva hasta encontrarlas, si lo haces con consciencia las descubrirás.
Valía tanto la alegría, que quería ir a por todas, era mi plan de acción y pensé que en el fondo tenía el 50% de posibilidades. Así que vencí mi resistencia a pedir y aunque tardé unos días en solicitarlo, reuní el coraje y hablé con mi supervisora, que es una Líder Líquida que siempre está abierta escuchar y a prestar su apoyo al equipo y a los demás.
Quienes tenían que dar el OK eran otros.
Ella se puso en marcha rápidamente y lo preguntó. Tardó algunos días. Pero tuve su respuesta: «Me han dicho que si te comprometes por escrito, no hay inconveniente». Me quedé sin las excusas que venían a mi mente mientras esperaba la respuesta a mi petición.
No me lo podía creer, me estaban diciendo que SÍ.
Sentí una felicidad absoluta y más confianza aún en las decisiones que estaba tomando.
Todo se estaba dando, para poder formarme en lo que de verdad soñaba. Para mejorar mi vida y además era aplicable a mi trabajo. Me parecía increíble, pero era cierto.
Y llegó el primer día de clase, fue el 29 de octubre 2021, fecha que casualmente había pedido como día de convenio en mi compañía, de forma aleatoria en enero 2021, sin saber que me iba a ir de perlas para ir tranquila y estar más presente el primer día del Máster.
!Fíjate¡ Gracias a todas esas decisiones encadenadas, hoy estoy haciendo lo que quiero hacer, para avanzar hacía donde siento que soy feliz y soy una nueva Marta.
El camino nunca acaba, es cierto. Y saberlo me ilusiona porque no enfoco en el destino, sino en el fin, el PARA QUÉ decido lo que decido. Poniendo el foco en mis elecciones y en mi ahora puedo construir un paso seguro, gracias a las herramientas que voy adquiriendo y otras que ya tengo, para que dar el siguiente paso me acerque más a lo que SÍ y me aleje de lo que NO.
¡Cuando cambias tus elecciones y tomas acción, todo cambia!
Gracias a MÍ por las decisiones y acciones tomadas.
Gracias a tod@s los que me habéis apoyado durante este 2021 y que durante este año también seguís a mi vera. Gracias por ser motor.
Gracias a quien ya no está en mi vida, por todo lo compartido mientras estuvimos.
Gracias a todo lo sucedido, por haberme aportado tanta consciencia y luz sobre la dirección que quiero seguir.
¡Y Gracias 2021, por ser el año de mi Re-Evolución!
Seguimos…
Marta.
Me ha encantado Marta 🙂 y ha sido muy muy inspirador leerte ♥️
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias de corazón! A mi me sirve de recordatorio para cuando me despisto. 🙏🤍🐆
Me gustaMe gusta